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16 Pero precisamente por eso, Dios tuvo misericordia de mí, para que Cristo pudiera usarme como ejemplo de lo paciente que es aun con el más vil de los pecadores, y para que los demás se den cuenta y, creyendo en él, también reciban la vida eterna. 17 Por eso, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios, sea la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén.

18 Ahora, Timoteo, hijo mío, fíjate en este mandamiento que te doy: Pelea la buena batalla, tal como dicen las profecías que se hicieron en cuanto a ti.

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